HISTORIA

1963

LOS ORÍGENES…

El proyecto se inició en 1965/66.

La casa fue montada por un equipo de Santa María junto con algunos trabajadores belgas. Se instaló una parte técnica importante llamada “destilería” (sigue ahí hasta hoy y los lugareños siguen refiriéndose a ella con este nombre), que incluía un taller de carpintería, 4 generadores y un destilador solar de agua (un sistema estudiado previamente por el Sr. Vynckier en Grecia, que producía de 4 a 6 m³ diarios) que suministró agua potable a los lugareños durante años.

La inauguración oficial tuvo lugar el 13 de mayo de 1967 en presencia de varias personalidades: el gobernador de Cabo Verde, almirante de Sacramento Monteiro, el administrador de la isla de Sal, Sr. João de Deus Maximiano, el Dr. Ramiro y el Sr. Pombal, entre otros.

Georges (hijo de Gaspard y Marguerite) y Geneviève Vynckier (esposa de George) no llegaron hasta el día siguiente, y asistieron al almuerzo que el gobernador ofreció a todos los invitados en el Hotel Atlántico.

El Sr. Gaspard Vynckier y su esposa se involucraron en la vida del pueblo con la ayuda y el apoyo del Sr. João Maximiano. Durante los meses de invierno se instalaban en Sal.

La pareja había estudiado el problema de la destilación del agua de mar con especialistas holandeses. Tras conseguir convencer al gobernador, el Sr. Gaspard Vynckier ideó (utilizando materiales belgas y holandeses) un destilador de agua de mar con una capacidad de producción de 90 m³ diarios.

En 1970-71 hizo construir el castillo de agua de Santa María. Se construyó una barcaza especial para vaciar la caldera de 40 toneladas. El Sr. Gaspard Vynckier presentó a la administración un plan de implantación de un sistema de alcantarillado y distribución de agua potable.

Una pequeña anécdota:

Una expedición partió de Bélgica hacia la Antártida para traer pingüinos para el zoo de Anvers. Una expedición partió de Bélgica con destino a la Antártida para traer pingüinos para el zoo de Anvers. Para que los animales pudieran recuperarse antes de proseguir el viaje, debía organizarse una escala “refrigerada” a la vuelta. En contacto con Gaspard Vynckier, este encarga una cámara frigorífica de 16 m³ a Bélgica. Durante la escala de la excursión en Sal, los pingüinos permanecieron en ella y sobrevivieron.

La misma cámara frigorífica fue utilizada por el hotel durante muchos años.

El Sr. Gaspard Vynckier falleció el 30 de enero de 1972.

1967

EL HOTEL

El 11 de diciembre de 1962, South African Airways realizó un vuelo experimental y aterrizó en Sal. Una vez realizadas las reparaciones necesarias en la pista de aterrizaje, se estableció un vuelo regular entre Johannesburgo y Frankfurt, con escala en Sal.

En 1967, el Sr. Bonenberg, un mecánico de SAA que vivía en Espargos, pidió al Sr. y la Sra. Vynckier si podían alquilarle 2 habitaciones. Ante el manifiesto interés de la SAA por hospedar a su tripulación, Georges Vynckier empezó a construir 6 bungalows prefabricados en 1970. Más tarde se construyeron 16 habitaciones con piedra del país.

Con el paso de los años, la demanda siguió aumentando junto con el número de escalas de la compañía aérea, que hizo de Sal su principal escala en todo el mundo (hasta 32 “Boeing 747” por semana). De esta forma, Morabeza se convirtió en un hotel de 140 habitaciones, alojando también a TAP, TAAG, Cubana y Aeroflot. En noviembre de 1986, el Presidente Reagan denegó los derechos de aterrizaje a SAA en tierra estadounidense, lo que también contribuyó a aumentar la importancia de Sal como escala.

En aquella época, Morabeza recibía casi únicamente a la tripulación de la línea Johannesburgo-Nueva York, ya que los nuevos aviones con destino a Europa eran suficientemente autónomos y no necesitaban escala intermedia.

En septiembre de 1991, tras la retirada de las tropas cubanas de Angola, las demás compañías dejaron de aterrizar en Sal. Desde 1986, Georges Vynckier había emprendido una reconversión hacia el turismo aprovechando los contactos europeos.

Los primeros turistas procedían de Portugal (Abreu) y Alemania (Neckermann). Poco después abrió una agencia en París y otra en Bélgica.

1976

LOS PROTAGONISTAS

Georges Vynckier, industrial, ideó y desarrolló, como pionero, las energías renovables.

El primer sistema mundial de ósmosis que funcionaba con agua de mar se instaló en Morabeza y producía 60 metros cúbicos de agua de mar desalada al día. La inauguración fue realizada en 1976 por el expresidente de Cabo Verde, Aristides Pereira (primer presidente de Cabo Verde, 1975-1991) que siempre apoyó e incentivó los proyectos y desarrollos del Hotel Morabeza que, a su entender, integraban y progresaban respetando la realidad del país. En aquella ocasión, ¡pudo beber el primer vaso de agua de mar desalinizada!

En 1980 se instalaron los paneles solares planos (75 m²) y tres espejos parabólicos para calentar el agua.

En 1985, una central eólica (eólica) de 55 kw completaba las instalaciones técnicas del hotel.

Por último, en 2003 se instaló una planta de reciclaje de aguas residuales (la primera de Sal).

Georges Vynckier falleció en 2008. Una calle lleva su nombre en reconocimiento a su importante contribución al país.

Geneviève Vynckier, que venía con frecuencia de vacaciones desde 1967, se unió al equipo durante la independencia de Cabo Verde (1975) y convirtió la antigua casa de vacaciones en un hotel de 140 habitaciones, y aún sigue mejorando las instalaciones. Ella es el motor del desarrollo del hotel y Morabeza le debe la excelente reputación adquirida.

Baudhuin Baert, de origen belga, asumió el cargo en 1969. Fue el responsable técnico de Morabeza y durante más de 30 años se aseguró de que todos los trabajos de construcción transcurrieran sin contratiempos. En colaboración con 2 carpinteros de Gante -los De Zutters- y su equipo caboverdiano, el Sr. Baert completó las instalaciones y aseguró la operatividad de los componentes técnicos.

Patone Lobo fue contratado en 1974 y ese mismo año empezó a trabajar con la Sra. Vynckier. Poco después de la independencia, se convirtió en director del hotel. El Sr. Lobo nos dejó en el año 2000 para establecer su propio hotel.

 

Sophie Vynckier – Marcellesi, hija de Georges y Geneviève, trabaja en el hotel desde 1997. Y desde la marcha de Patone, dirige el establecimiento.

La plantilla: la mayor parte de este equipo extraordinariamente comprometido procede del pueblo de Santa María. Actualmente, trabajan en el hotel 160 empleados, 5 de los cuales son europeos.

Algunos de nuestros trabajadores son nietos de nuestros primeros colaboradores.